sábado, 12 de abril de 2008



Hay sitios a los que no puedo volver. Son lugares que han marcado una época de mi vida y que me traen recuerdos especiales, a los que he prometido que no iría de nuevo porque sería como mancillarlos.

Esta semana he vuelto a coger los FGC y me he bajado en la parada de Reina Elisenda... Hacía por lo menos veinte años que no lo hacía. La mayoría de las veces quedábamos allí. En la parada. Entonces no habían móviles, así que si llegaba tarde (nunca pasaba) tu me esperabas en el coche, y si tu llegabas tarde (la mayoría de las veces) yo te esperaba a tí. No había, ni hay, mucha cosa que hacer en ese sitio. Esta debajo de un puente y no hay ni tiendas, ni escaparates, ni un bar.... por no haber, no hay ni un quiosco donde poder comprar un periódico.... asi que cuando te esperaba lo único que podía hacer era pensar y ponerme nerviosa.... Vendrá? no vendrá?... Siempre venías... Nunca me diste plantón.... pero en esos minutos en los cuales te esperaba, siempre tenía el corazón en un puño.... y cuando llegabas era como una liberación, como una alucinación... Estabas tan guapo!!!!!!.

Luego nos ibamos por tu barrio, Sarriá.... (eras un niño bien). Patatas bravas y una cerveza en el Bar Tomás... ¿Hay algo mejor?. Y luego pelicula sesión doble que por aquel entonces pasaban en el Cinema Spring en el Paseo Bonanova (hoy han construido unos pisos). Que sencillo era ser feliz. Unas palomitas. Dos películas y cuatro horas por delante para estar contigo.

Bueno!!!!!!!!!!!!! Pues todo eso se acabó hace mucho, mucho tiempo. Y yo, que soy una tonta sentimental, no quiero volver a los sitios en los que he sido feliz. No quiero que nada ni nadie me empañe los recuerdos que tengo. Asi siguen vivos. Así que no he vuelto al Bar Tomás, a pesar de que es el mejor sitio donde hacen las patatas bravas más buenas del mundo. Solo volveré si tu me llevas.